Cocholgüe



Las nubes tienen sed. Bajan hasta el mar con sus bocas abiertas y absorben todo lo que pueden hasta quedar saciadas. Luego suben de nuevo a los cielos dejando atrás al mar embravecido rugiendo con fuerza furioso por haber perdido una pequeña porción de agua.
Las nubes se entristecen, el océano para de gritar. Lloran devolviéndole parte de agua dulce, para que como un niño, él vuelva a la tranquilidad.
El faro barre las olas, por eso se mueven por la noche. Las peina con un cepillo de luz, para que la larga cabellera azul brille con el fulgor de la luna y los barcos de papel pegados en la pared, dónde el mar y el cielo se juntan para dejar una línea transitable en el espacio. Avanzan lentamente gracias a dos actores que como títeres mueven su plana silueta silenciosamente sin dejar que las antenas que los conectan sincronizadamente entrechoquen para tirar al suelo el decorado de más allá.
Chile. Octubre del 2009.

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